Yo, desubicado en esta vida.

¡Lo sé!
Sé lo que has hecho.

No pasa nada, por ahora, no se lo voy a decir a nadie. Pero has de saber que tus acciones no corresponden con la idea que tenía de tí. Aunque en parte me alegra, porque denota algo de locura en tus entrañas.

Tú sabes, que me acabo de convertir en tu amo y señor, ¿verdad? Y también eres consciente que tus excusas morales no te van a servir conmigo. Te aconsejo que te vayas haciendo a la idea, y cuanto antes, mejor! Mejor para tí, porque vas a dormir a pierna suelta; mejor para mí, porque no tendré que complicarme la vida contigo. En fin, que tú y yo, si quieres, lo podemos pasar en grande. Claro, que si no quieres, el único que va a disfrutar voy a ser yo, y te puedo asegurar, que no voy a ponerme a romper a llorar por eso...

Hoy, va a ser un gran día! Y todo, gracias a tí. Desde lo más hondo de mi corazón, gracias!