Yo, desubicado en esta vida.

de mes a mes

He estado esperando todo este tiempo sin publicar, para al hacerlo colgar las fotos del Monsters of Rock, contaros como me fue San Fermín con toda esa gente borracha por los rincones, plazas, parques y calles. Incluso he estado esperando para contaros que me estoy sacando el permiso A... pero finalmente no ha sido nada de esto lo que me mueve a escribir...

...el pasado viernes, después de una dura jornada laboral (como es de esperar), una buena sesión de tests en la autoescuela y un viajecito en motocicleta hasta Barcelona, caí en un bar al que vamos algunas veces, dónde de tanto en tanto hacen conciertos. Bueno, ese viernes era uno de esos... subían al escenario un grupo de cuatro, a cual más dispar. Uno, al fondo y de pie, era un Rock-A-Billy con gran parecido al Boss (o así lo creía el Marcol todo borracho), con su mentón salido, unas manos con butifarras en vez de dedos y al que la guitarra le daba más juego como arma que como instrumento (atención, que el compañero tocaba bien, pero la sensación es la sensación). A su derecha, también al fondo del escenario, posaba un rockero más ochentero, sus patillas, sus tejanos y el pelo con un flequillo rozando el límite de lo permitido en un trabajo 'serio'; este era el gracioso, el 'tiraopalante' de los cuatro. Justo debajo de este, sentado, estaba el que mejor cantaba, un tipo de esos al que le gustan los discos de vinilo y la música de los años 30, otro rockero, pero más purista musicalmente hablando. Este tocaba la guitarra, los otros dos de arriba tocaban el bajo. Y finalmente el que estaba sentado a la derecha de este último y a los pies del Rock-A-Billy yacía un rastafari, quien se encargaba de distorsionar su guitarra con un cilindro metálico (que seguro tiene un nombre). Bueno, pues esta cuadrilla tocaban una especie de country rockerillo.. Hasta aquí nada inusual, o que al menos, a mi, me sorprendiera. Pero eso sólo había hecho que empezar, pues lo realmente chocante, o llamativo fueron los covers que hicieron: