Yo, desubicado en esta vida.

Así se llamaba la película que fuí a ver el lunes en la sesión de las 22:00, después que uno de mis amores platónicos rechazara la oferta de cruzar unas palabras mojadas con café. Al final, la tarde me ofreció, como se suele decir, una de cal y otra de arena. Me quedé sin acompañante aunque me asaltó la idea de ir al cine. Primeramente iba a ir a ver 'El jardinero fiel', pero, cosas de la vida, acabé por entrar a la de Coixet. Eran las 21:55 cuando entraba en la sala y no había ni un alma. Me senté en el centro-centro de la sala (primera regla de oro del cine) y me quedé callado mirando al techo, paredes y loneta blanca. Llegaron las 22:00 aproximadamente y oí algo en el cuarto de proyección. Yo, seguía hundido en mi butaca sin hacer ruído. Una butaca genial, con el respaldo reclinable y con lo de las piernas que se sube.. puff. Ahora ya no oía nada, me extrañé que no empezara el filme y saqué el teléfono móvil, lo encendí y miré la hora (no suelo llevar reloj, ni pulseras, ni anillos, ni pendientes, ni collares); eran las 22:08 y aquello seguía igual. Simulé una tos ronca... nada. Volví a toser, esta vez estrepitosamente, como si fuera a morirme, esperando llamar la atención de lo que oía en el cuarto. Y.. funcionó! Sorprendente, pero funcionó. No sé si fué por mi causa, aunque yo he querido creer que sí, pero la película empezó. Se apagaron las luces, pusieron cuatro anuncios de esos cutres y empezó. Volví a mirar a mi alrededor y continuaba solo en la sala. Fue todo un placer, una película buena, unas butacas de lujo y una pantalla más grande que la de mi casa.. como digo, todo un placer. Sobre la peli decir solamente que os la recomiendo.