a merced del viento
No tiene sentido pensar que las olas del mar lleguen hasta la orilla regidas por la luna. Como tampoco en que se empeñen en borrar las huellas. Entre la arena se esconden erizos y otros animales, cuyo entorno no es el correcto. Otra vez, se equivocan. En el mar, abstraídas del mundo viven las algas y otras especies de plantas subacuáticas. Sin temores, dejándose balancear al ritmo del mar. Aquí fuera, otros, intentamos dirigir nuestro camino. Sin embargo, el viento a veces sopla muy fuerte. Al final, como las algas con el mar, estoy yo a merced del viento.
Xavier
la nieve de diciembre
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Labels: fuego y sangre
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